Un día tuvimos un imprevisto en clase online debido a que nos quedamos todos en la “sala de espera” de la videollamada y no pudimos escuchar la clase. Esto me hizo preguntarme ¿la docencia online facilita o dificulta el aprendizaje?
Actualmente con la pandemia, es algo familiar y que forma parte de nuestro día a día el hacer videollamadas. Con nuestros seres queridos, con nuestros amigos, nuestras parejas y también con nuestros profesores. Al no poder juntarnos, hemos desarrollado más la vida virtual y esto por supuesto, ha afectado enormemente a la educación. Muchos colegios recurren a la docencia online cuando hay cualquier riesgo de contagio, aunque hoy en día ya hemos vuelto mayoritariamente a lo que llamábamos “normalidad”.
Hace 2 años, todos nosotros vivimos la docencia online en primera persona, y en mi opinión no me resultó tan eficaz como puede ser la interacción presencial ya que se tiene que hacer un esfuerzo extra tanto en trabajo como en recursos para poder conseguir los mismos objetivos, la misma meta en el aprendizaje. A su vez, los estudios realizados tras el Covid-19 muestran que la enseñanza virtual ha proporcionado mayor flexibilidad y seguridad a los docentes. Las metodologías utilizadas durante esta etapa han sido sobre todo comunicativas y centradas en el estudiante; las clases se han intentado hacer más dinámicas y participativas de lo normal para que nadie se pierda. Esto ha reforzado en parte el trabajo colaborativo y la interacción entre los alumnos ya que al no poder expresarse y relacionarse presencialmente, no les ha quedado otra opción.
Investigando sobre el tema, he encontrado un artículo basado en la temática sobre la que estoy basando el día de hoy de este diario. El propósito de este artículo, que cito en la bibliografía es analizar los cambios que se producen en la enseñanza y aprendizaje de un entorno virtual con respecto a la enseñanza presencial. En cuanto a las tareas y contenidos, se expone que los alumnos deben conocer previamente todo lo que se va a realizar en cada sesión, hablando de la metodología virtual; ya que una vez todos son partícipes de ello es más fácil para el docente que se enfrenta a la clase, el hacer que todos entiendan.
También me parece interesante lo que aporta este artículo en el apartado de evaluación. ¿Cómo evaluar a los alumnos si las sesiones de aprendizaje han sido no-presenciales? ¿Cómo sabe el docente, quien ha trabajado más y mejor, y quién se ha esforzado menos?
A través del modelo virtual, es el alumno el que sigue su propio proceso de enseñanza-aprendizaje y realmente, es el propio alumno el que sabe el proceso que ha seguido y los avances que ha conseguido. Por ello, se podría realizar un método de autoevaluación y coevaluación por parte del alumno-profesor.
A modo de conclusión y hablando desde mi experiencia, creo que la docencia online puede ser muy positiva ya que nos ha proporcionado soluciones a la hora de seguir con la educación en los tiempos que se nos han presentado y es una herramienta muy rápida y versátil, ya que con ella tenemos acceso a mucha información, recursos, facilidades, etc. Pero por otro lado también opino que puede provocar un retraso en el aprendizaje de ciertos alumnos, que les cueste más mantener la atención a una pantalla, que se distraigan con cualquier cosa en su casa, que tengan problemas de acceso a internet o que no dispongan de dispositivos electrónicos. Por ello pienso que la docencia online puede ser un recurso muy útil que los docentes debemos tener a mano y saber manejar, pero estoy a favor totalmente de la docencia presencial y de la interacción entre las personas.
Bibliografía:
- IDEAL. (2021, junio 8). Enseñanza online y aprendizaje efectivo: ¿realidad o quimera? Ideal.
- Isabel, M., & Muñoz, V. (s/f). LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE VIRTUAL: PRINCIPIOS PARA UN NUEVO PARADIGMA DE INSTRUCCIÓN Y APRENDIZAJE. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1448475.pdf
Comentarios
Publicar un comentario